Cogemos vuelo directo a Canadá y nos situamos en el Circuito Gilles Villeneuve. Y es que allí tendrá lugar la siguiente carrera del calendario. Será este fin de semana y ya están todos los equipos allí apostados, esperando el momento de arrancar motores.
Pilotar una vuelta en Montreal es como una montaña rusa; cada curva te hace pensar duro y realmente exige lo mejor del coche. Si es sobre mojado, como el pasado año, entonces es incluso más difícil, especialmente en la frenada.
Viniendo de la línea de meta/salida, aumentando de marchas, tomas por el sitio correcto y llegas a la
Curva Dos cerca de los 310 km/h en séptima marcha. Es una traicionera curva, donde frenas sobre los 110 km/h y bajas 5 marchas hacia la horquilla de derechas, pero tienes que hacer todo esto mientras giras ligeramente en la curva a la izquierda. Es realmente difícil perder el coche en los frenos aquí ¡y en la primera vuelta de la carrera eso puede estar bastante saturado!
Desde 1997 se han producido cuatro accidentes en este lugar en la salida. En 1997 un Ferrari se cruzó tras colisionar con otro monoplaza. En 1998 se produjo un accidente espectacular en el que un Benetton empezó a dar vueltas de campana; en la segunda salida un monoplaza quedó subido encima de otro, y en 1999 tres participantes quedaron fuera de carrera por un brutal choque. Sin duda, Montreal tiene una dificultad y peligrosidad extra en la primera curva.
Subiendo de marchas y de velocidad hasta 270 km/h antes, debes de dar pequeños toques al freno para ir a toda velocidad por la
Curva Cuatro sobre los 130 km/h. Sobre la
Curva Cinco, cerca de los 260 km/h y subiendo a quinta antes de frenar fuerte para la chicane en la
Curva Seis y Siete. Soportas tanta velocidad como sea posible y rebotas sobre los bordillos porque la
Curva Ocho debajo del puente es un buen lugar de adelantamiento. Bajando a 150 km/h y entonces a 140, puedes emparejarte con otros rivales bajo adelantamiento y mantenerlos fuera de combate al girar a la derecha y más o menos fuera de la grava a la izquierda.
Subir otra vez de marchas a sexta y sobre los 300 km/h, golpeas fuerte los frenos para desacelerar el coche hasta los 60 km/h en la Horquilla en primera marcha. Allí hay tribunas por todas partes y un enorme número de seguidores de Ferrari, los cuales hacen que llegar a esta parte del trazado sea muy agradable. Y es que los Tifossi, los amantes de las máquinas rojas, siempre dan un toque de color y de alegría en la Fórmula Uno.
Salir de la horquilla tan rápido como se pueda, y subes vertiginosamente las marchas, hasta los 320 km/h por delante del '
Droit du Casino'. Posiblemente la parte más dura de este circuito aquí, tienes una simple chicane derecha-izquierda hasta el final, pero tienes que pasar a 220 km/h en un espacio muy pequeño de tiempo, y conseguir pasar por la chicane sin golpear el muro que te está esperando a la salida. Si lo haces bien, llegas al final de la parrilla preparado a la tramposa
Primera Curva de nuevo. Pero si no, la carrera puede acabar de forma dramática, como le sucedió al Campeón Mundial Jacques Villeneuve cuando, liderando la carrera, se estampó contra el muro. Algo parecido le ocurrió en el '99, año en el que Michael Schumacher también abandonó en el mismo lugar y por idéntico problema.
Lo dicho, una carrera de velocidad pero, a la vez, llena de trampas.
Info: www.thef1.com