De verdad, yo a los fabricantes no los entiendo. En Daimler-Chrysler se dedican a importar mamotretos como éste, que tiene poquísimo mercado en Europa, y, sin embargo, otros como Nissan nos han hecho aguantar con la Serena un montón de años, mientras al mismo tiemo, en U.S.A. vendieron un modelo, el Quest, que era una preciosidad y se podría haber adaptado al mercado europeo perfectamete, por tamaño y estética. ¿Esto lo entiende alguien? Yo que viajo un montón, cada vez que iba a U.S.A., y veía el dichoso Quest, (en aquellos tiempos yo tenía una Serena) se me caía la baba y me quedé con las ganas de que se obrase el milagro, porque nunca pasó. Me daba la impresión de vivir en el
del mundo.
Un saludo