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Autor Tema: Diccionario tipológico del conductor absurdo  (Leído 1175 veces)
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« : 31 de Octubre de 2005, 14:43 »

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Prologo (A. Lorenzo)
Hacen falta muchos años de observación, para darnos cuenta, de que los distintos modelos de conductores y propietarios, se puede catalogar en un diccionario. Cada uno que se quede con el que más se acerque a sus conocimientos y costumbres.

Diccionario

Afección de "Alicia en el país de las maravillas": Desviación mental que aparece sólo en conductores jóvenes, y que hace que sientan una irrefrenable adicción a los peluches y muñecos, que minan el salpicadero y bandeja trasera. El problema, intranscendente en principio, se torna grave cuando la conductora propietaria del coche-muestrario, se lo deja a un amigo. Éste, no está acostumbrado a mirar por el espejo retrovisor entre el sobaco de Tinnie Winnie y la antena del Teletubbie amarillo, produciéndose situaciones de peligro por la mengua de campo visual.

Analogía de Rappel: Es una cualidad que adquiere todo conductor con la experiencia, y hace que siempre que llevamos un coche delante y éste nos vaya haciendo la puñeta con frenadas repentinas sin sentido y ritmo exageradamente lento, automáticamente lo asociemos a una mujer conductora. Cuando el sufrido conductor, por fin, logra rebasar al vehículo, y comprueba que efectivamente es mujer, siente una sensación de alivio, mezclada con diecisiete improperios específicos para ella, que finaliza con un clásico -¡Dios!, mujer tenías que ser-.

Brote de taxista arrítmico: Siempre que circulemos por una calle estrecha de la ciudad, y siempre que ésta sea de un sólo sentido, cabe la posibilidad, que en el primer cruce se incorpore delante nuestro un taxo, y tome nuestra dirección. Entonces por un efecto aún desconocido, el taxi comienza a disminuir su velocidad, de forma arrítmica, cuando parece que se va a parar, vuelve a ganar velocidad de forma cansina. Esta actitud se repite de forma cíclica hasta que el taxista miope encuentra el número que buscaba.

Fogosito: Característica de la personalidad del conductor, casi siempre ex-tomasín, que hace que su principal objeto en la vida, sea desmontar el potencial de su vehículo, casi siempre de escaso caballaje, al resto de los conductores. Suelen interpretar su papel en los semáforos, y a menudo, agradecen nuestra admiración, con una estruendosa chirriada de ruedas.

Minero: Conductor incansable, no siempre oriundo de la cuenca minera, que aprovecha cualquier detención mayor de 3 segundos, para volcarse en la extracción, y posterior manufacturado de material orgánico, y que termina despachando por la ventanilla, eso si, dibujando complejas parábolas.

Plastilino: Versión precaria de Tuning, que aprovecha material de ferretería y la experiencia de su vecino "el apañao", para moldear todo tipo de faldones, bajos y alerones varios. Como colofón, suelen pintar toda su obra con colores tipo -pinturas fashion-, y sustituir la rejilla delantera original, por una modelo "papelera del retiro".

Principio de la conexión telemática: Importante descubrimiento de un taxista esloveno, que habla del intercambio de miradas entre dos conductores que ocupan la primera línea en el último semáforo, justo antes de la autopista, y que hace conscientes a ambos de la necesidad de salir primero cuando se ponga el semáforo en verde. Esta conexión, por se de baja frecuencia, desaparece casi siempre cuando la distancia entre ambos supera los 150 metros.

Psicosis maníaco depresiva contra el Elvis: Proceso sicótico que sufren los que se sienten socialmente inadaptados, por no tener un Elvis Presley colgado del parabrisas, y que se agudiza cuando consiguen hacerse con uno. Tras colgarlo en el parabrisas, descubren con estupefacción que, no baila ni por asomo, como el del famosos anuncio. Este cuadro clínico desaparece inmediatamente del paciente, tras retirar el aditamento decorativo en cuestión.

Síndrome del monovolumen: Afección que padecen ciertos conductores, y que se manifiesta nada mas ser rebasado por un monovolumen. Al enfermo en cuestión se le desplaza ligeramente el mentón hacia delante y se le rigidiza el pie derecho, y no se le relaja hasta que no devuelve el adelantamiento al monovolumen. La Universidad de Ohio, cree que este síndrome es una consecuencia directa de la ADM (Afección Daltónica del Mentecato), que la padecen los que confunden monovolumen, como derivado de un turismo con furgoneta de reparto.

Teorema de la compensación cobarde: Es la relación que hay entre, la cantidad de improperios que recibe un conductor por cometer un error involuntario de circulación, y su tamaño corporal. Esta regla establece que, los insultos se incrementan de gravedad y volumen, de forma exponencial, cuanto más se acerca el conductor insultante al insultado, y comprueba su escaso tamaño. Curiosamente, cuando el insultado es talla XL, el insultante invierte el proceso, y es cuanto más se aleja cuando más grita. Este teorema sin embargo tiene una excepción, que hace que si la increpada es una conductora, se la insulta siempre con la máxima virulencia y despotismo.

Teorema de Strosek: Problema que toma el nombre de su descubridor, y que suele darse en conductores de avanzada edad. Todo hace pensar que se trata de un conductor normal, hasta que decide aparcar en un exiguo hueco. En el momento que señaliza con el intermitente su intención, su cerebro entra en resonancia, y todos sus movimientos se ralentizan como por arte de magia. Gira la cabeza a un lado y a otro imitando fielmente a un perezoso, al tiempo que hace el caniche con el volante. Transcurrido un periodo de tiempo, que dependiendo de la edad del afectado, varía entre dos horas y tres días, el conductor se percata que su coche no cabe y se marcha. Aunque el problema parece inocuo, Jonnatan Van Strosek, asegura que entre el año 1998 y 2000, sólo en Castilla La Mancha, fallecieron 17 conductores por inanición, al sufrir la espera mientras aparcaban.

Tomasin: Dícese del conductor con carnet y coche recién estrenado, que aprovecha integro el horario comercial de Aurgi o similar, para gastarse medio sueldo en accesorios y aditamentos de todo tipo, y que, pasados tres días naturales, va dejando por toda la vía pública por efecto de la gravedad sobre ellos, ya que la mayoría, van fijados con adhesivo de doble cara de pésima calidad.

Me ha hecho gracia y os lo pongo.
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