Hace años que llegaron a España los productos repelentes de la lluvia para el parabrisas del coche. Algunos hasta se anunciaban por la televisión, o incluso se vendían en las teletiendas. Algunos conductores los recibieron con los brazos abiertos, otros fueron más suspicaces pensando que tal vez son un producto más de charlatanería, menos eficaz en la realidad de cómo nos lo pintan en la tele.
¿Son los repelentes del agua de la lluvia que se aplican sobre los cristales de un coche un timo? No, no lo son. Como consumidores y conductores podemos estar tranquilos porque este tipo de productos responden a una formulación química real que funciona: aplicado sobre una superficie de vidrio hacen que esta sea más repelente del agua. De hecho empezaron utilizándose en los aviones. Veamos cómo funcionan.
Resinas acrílicas que tapan los poros del vidrio
Todas las superficies, incluso el vidrio, tienen cierta porosidad, aunque a simple vista no nos lo parezca, y esta sea muy sútil. Los productos repelentes de la lluvia para cristales, son un líquido que normalmente contiene entre otras sustancias ciertas resinas acrílicas o polímeros transparentes que se adhieren sobre la superficie del cristal, rellenando los poros, y formando una película duradera a la intemperie (durante un tiempo).
Esta película se puede llegar a percibir al tacto, porque se nota el cristal más suave y liso que antes, o en otras palabras, más antiadherente. Y gracias a esa película el agua que cae sobre el cristal resbala mucho más fácilmente: así se tiene el efecto repelente.
Para que nos hagamos una idea podríamos pensar en un suelo de madera al que se le aplica cera. Pensemos en madera que esté sin barnizar, aunque esté muy bien lijada, lisa y suave, sigue siendo porosa y absorbe cualquier líquido. Si a esa madera se le aplica una gruesa capa de cera, esta tapa los poros y hace que esté más suave, e incluso resbaladiza, y que repela los líquidos (hasta cierto punto). Pues algo así es lo que pasa con estos productos repelentes.
Las gotas de agua resbalan mucho más fácilmente
Los productos repelentes del agua de lluvia se pueden aplicar en todos los cristales del coche, y actuarán por simple gravedad. Al caer lluvia sobre ellos las gotas resbalarán con mucha más facilidad que si el cristal no llevara nada. De todos modos donde más eficaces resultan es en el parabrisas, ya que al circular, la corriente de aire que se forma a medida que subimos la velocidad, arrastra tanto mejor las gotas de agua fuera del mismo. A partir de unos 80 o 90 km/h es cuando empiezan a funcionar muy bien.
La ventaja de los repelentes de lluvia es que mejoran la visibilidad a través de los cristales del coche. Y cuanto mejor veamos lo que pasa en la carretera, más seguros conduciremos. El efecto que se produce es parecido a ver deslizarse gotas de mercurio líquido por una superficie. En el caso de un parabrisas puede no necesitarse encender las escobillas limpiaparabrisas para apartar el agua de lluvia, porque con el efecto repelente ya se ve bastante bien.