Otros días como hoy llevo más prisa, el trabajo y el ritmo que imponen las grandes ciudades como Madrid hacen que parezca que salimos siempre con menos tiempo del necesario para realizar el trayecto. Cada día parece haber más coches, hay más carreteras pero nunca son suficientes para circular deshaogado a no ser que las cojas la la 4 de la mañana y si no es sábado porque a veces y en ciertas zonas ni aún así.
Cojo el coche, para variar con el tiempo apretado. Me esperan para una comida de trabajo y ya voy pillado. Llamo por el manos libres ... me tranquiliza saber que varios comensales llegaran tarde por el tráfico. Tenso las riendas del coche y responden los caballos, rápido pero sin locuras que ya se me pasó la edad. La Espace se porta en las rotondas húmedas por la lluvia, es como los trenecitos de las ferias parece que se sale en la curva pero va por la trazada marcada por mucho que se fuerce. Saliendo en 2ª para aprovechar los semáforos en verde, no le conviene al embrague pero hay prisa... Me hacen otra llamada: un compañero en un atasco. Sigo ágil entre el tráfico, repito: sin tonterías innecesarias. Otra rotonda, joder como se reproducen hay por todas partes, grandes pequeñas, medianas, inmensas... y tráfico retenido, menos mal que llevo una visibilidad privilegiada desde aquí arriba, freno a fondo, se encienden los 4 intermintentes.
Sigo e ignoro al GPS, me creo más listo, ésto lo conozco, ya estoy llegando. ¡Ahora dónde aparco!... encuentro un hueco. coño que frío fuera, me meto en el restaurante como si vienera de correr un rallye... ... ¿? llego media hora tarde ¿? ...
Tanta prisa y ... soy el primero.!!!!!!
Ha sido un fragmento de otro día de trabajo.